Hay muchas historias curiosas y sorprendentes que nos pueden enseñar algo sobre el conocimiento y la vida.
Hoy te voy a contar una de ellas, que tiene como protagonista a uno de los físicos más geniales de la historia: Albert Einstein.
HISTORIA
Einstein era un hombre muy famoso, y recibía muchas invitaciones para dar conferencias en todo el mundo.
.
Pero también era un hombre muy… raro.
Tenía una forma diferente de ver la vida, el mundo y las charlas. Se aburría profundamente, y estaba harto de tener que repetir siempre lo mismo.
Qué coñazo.
.
.
Un día, iba en taxi de camino a una universidad.
El mismo taxi de siempre, con el mismo conductor. Se conocían hacía tiempo y tenían bastante confianza.
El chófer llevaba años escuchando las mismas charlas en bucle, ya que Einstein las repetía en alto, para practicar.
.
Pero este día, al físico se le ocurrió una idea muy loca. Loca y divertida.
.
Le propuso a su taxista:
—¿Sabes qué? Estoy cansado de dar esta charla una y otra vez. ¿Por qué no la das tú en mi lugar? Total, nadie me conoce aquí, y tú te la sabes de memoria.
.
Este empezó a partirse de la risa. Y ya sabes cómo funcionan estas cosas… sujétame el cubata.
Aceptó el reto.
.
.
Se puso unas gafas y bigote postizo, y entró en el auditorio.
Nadie sospechó nada.
.
El chófer empezó a hablar con soltura, y repitió todo lo que había oído a Einstein sobre la relatividad, la gravedad y los campos magnéticos…
.
El público estaba fascinado.
Todo fue rodado. Las caras reflejaban una mezcla entre asombro y curiosidad. Todos estaban metidos en la historia. Todos querían saber más.
.
.
Pero al terminar la charla, ocurrió algo inesperado.
Un profesor se levantó y le hizo una pregunta muy difícil. Algo sobre… física… partículas… no sé. Algo complicado.
Como te imaginarás, el chófer no tenía ni idea de cómo responder.
Estaba en un aprieto.
.
.
Se puso nervioso. No tenía respuesta.
Pero necesitaba salir del paso. Así que respondió lo primero que se le ocurrió en el momento. Se dirigió al profesor y le dijo:
.
—Por favor. Esa pregunta es tan sencilla que se la va a responder mi chófer.
.
Y abandonó el escenario apresurado, haciéndole aspavientos al verdadero Einstein, que subió al atril y respondió con maestría.
El público quedó boquiabierto. El chófer y Einstein se fueron para casa entre carcajadas.
.
.
CONCLUSIÓN
No sé si esta anécdota sucedió realmente. Pero en cuanto la leí, tenía que contarla. No sólo es simpática, sino que tiene una moraleja brutal.
.
No es lo mismo recordar datos que entender.
.
.
Cada vez tiene menos sentido memorizar información que llevas dentro de tu bolsillo.
Las profesiones que se benefician de ser loros de repetición irán desapareciendo poco a poco. Pero, ¿sabes qué seguirá teniendo valor siempre?
.
Entender. Relacionar conceptos. Imaginar.
.
.
Así funciona la creatividad.
Las grandes mentes siempre han destacado por esto. Hablemos de Leonardo Da Vinci, Picasso o Charlie Munger.
.
No recuerdes cosas. Entrena tu imaginación.
Nos vemos la semana que viene. Con más historias, y más creatividad.
.
.
indiPe
.
PD:
Otra cosa que también es muy importante para el futuro es… saber cuál es tu futuro.
.
¿A dónde se dirige tu vida?
¿Tienes un propósito?
¿Unos objetivos claros?
.
Si quieres, puedo echarte una mano con esto.
Acabo de escribir un curso en el que he recopilado todo lo que he aprendido en los últimos años, además de mi experiencia personal.
.
En este enlace, te cuento mi historia, algunas cosas que me han pasado y cómo las he solucionado.
.
Estoy convencido de que te dará alguna pista sobre tu propio futuro.
Si te ha gustado este episodio, compártelo con algún amigo.
No te cuesta nada, y te deberá una.
(A él tampoco le costará nada, es gratis)
Si todavía no estás suscrito, es aquí: