Cómo Vencer la Procrastinación y Desbloquear tu Vida.
El secreto que el miedo no quiere que sepas.
Número 103
“Un hombre no es más que el producto de sus pensamientos. En lo que piensa, se convierte.”
—Mahatma Gandhi.
Igual no lo has pensado nunca, pero el miedo es el verdadero culpable de tu procrastinación. Y, lo creas o no, sólo necesitas 6 reglas prácticas para vencerlo y empezar.
Dejar que el miedo te domine no solo te quita tiempo, sino también salud, felicidad, dinero y hasta esa relación o estatus que podrías ganar si te lanzaras de una vez.
Hoy vas a aprender a ponerle nombre a tus miedos, verte de forma distinta, medir el riesgo real. Empezar aunque no estés listo, ignorar las miradas ajenas y transformarte en tu versión más valiente. Todo para que avances y te puedas centrar en lo realmente importante de la vida.
Pero antes…
Una historia de garajes
Jeffrey era un tío currante.
Era el año 1994 y trabajaba en Wall Street, en una empresa que estaba en el cruce entre finanzas y tecnología. Había escalado rápidamente hasta convertirse en vicepresidente senior, el más joven de la compañía, a los 30 años. Poca broma.
Era un puesto prestigioso y lucrativo, en el momento dorado para aprovechar el crecimiento explosivo de internet, que en ese momento aumentaba un 2300% al año.
Aunque su puesto estaba lleno de responsabilidades, bueno… sólo era un trabajo. No tenía que pagar los sueldos de otras personas, ni tenía hipotecas a su nombre. Trabajaba muchas horas, pero se estaba forrando, y podía dejarlo cuando quisiera.
Todo estaba saliendo a pedir de boca.
.
Pero.
Siempre tiene que haber un pero.
.
Se estaba obsesionando con esa nueva tecnología llamada Internet.
No podía evitarlo. No podía dejar de imaginar todas las posibilidades. Un mundo conectado de forma instantánea. Mensajes, imágenes, información… ¿Hasta dónde podría llegar?
¿Paquetes?
¿Llegaría el día en el que se podría comprar algo a través de ese Internet y te lo enviaran sin moverte de casa?
No paraba de darle vueltas a esta idea. Hasta tal punto de que empezó a analizar la situación en serio. Hizo una lista de 20 productos que podrían venderse online, y tuvo una idea: una librería online. Los libros son un producto uniforme (todos saben qué esperar ) y hay una enorme variedad disponible, algo que las tiendas físicas no pueden igualar.
Cuanto más pensaba en ello, mejor le parecía la idea.
Tenía verdadero potencial. Pero, ¿qué iba a hacer? ¿Dejar su prestigioso trabajo? ¿Por dónde se empieza a ejecutar algo así? No tenía empleados, ni oficina, ni siquiera un nombre.
Según iba pensando, la obsesión por esa idea iba dando paso a otra obsesión: el miedo. ¿Qué pensaría su familia si dejaba su trabajo? ¿Qué pensarían sus amigos?
¿Y si salía mal?
O incluso saliendo bien, iba a pasarse años sin ganar dinero. ¿Cómo mantendría su nivel de vida. ¿No podría volver a tomar unas cañas con sus amigos?
No sé a ti, pero a mí se me ocurren ideas de este tipo de vez en cuando. Alguna idea buenísima que podría cambiar mi vida. Pero, igual que Jeffrey, siempre aparece algún tipo de excusa.
Siempre sale esa voz. Problemas, imprevistos… Todo se hace cuesta arriba. Y al final… lo dejas correr. Te olvidas.
Esas excusas no son más que miedo.
Puro y duro. Ansiedad con un disfraz. Una sombra que no suma, que solo vive en tu cabeza. Que, si lo piensas, no te quita nada real.
No sé qué es exactamente lo que pasó por la cabeza de Jeffrey, ni cómo superó esos miedos. Pero acabó lanzándose a la piscina.
Alquiló una casa y montó su nueva empresa, cómo no, en el garaje.
Mesas cutres, cajas por el suelo. Y como era ambicioso, le puso el nombre del río más grande del mundo.
Así nació Amazon.
Los 6 métodos contra el miedo (disfrazado de procrastinación)
Ahora, dejemos las historias a un lado.
Tú y yo sabemos qué es eso de procrastinar. Tienes que hacer algo importante. Algo que te acercará a tus objetivos y mejorará tu vida a largo plazo. Pero siempre aparece otra tarea más urgente. Siempre hay algo que te permite posponerlo y que alivia la ansiedad que genera aquello que tienes que hacer.
Eso que te frena no es más que miedo disfrazado de excusas.
¿Cómo vencerlo? Aquí van 6 métodos para darle un giro a la situación.
Método 1: La etiqueta mental
Ponerle nombre a lo que te frena lo hace más débil.
¿Alguna vez te has sentido bloqueado y no sabes por qué? Esto es lo primero que tienes que hacer: parar y mirar adentro.
Pregúntate: “¿A qué le tengo miedo?”.
No te quedes en la superficie con un “no sé”. Escarba. ¿Es miedo a fallar? ¿A que te vean como un desastre? ¿A no estar a la altura? Cuando lo tengas, dilo en voz alta o escríbelo en un folio o una nota del móvil: “Tengo miedo de quedar como tonto” o “Tengo miedo de no ser suficiente”.
Suena simple, pero hay mucha psicología detrás.
Cuando nombras lo que sientes, tu cerebro lo procesa diferente. La parte que piensa —la corteza prefrontal— le baja el volumen a la parte que se asusta —la amígdala—.
Es como sacar un monstruo del armario y verlo a la luz: no es tan feo. Y si puedes, escribe de dónde viene ese miedo.
¿Es algo que te pasó antes? ¿Algo que te dijeron?
Hacerlo te da claridad. Te saca del remolino de pensamientos y te pone en control. Prueba esto la próxima vez que te sientas atascado.
Verás que el nudo se afloja.
Método 2: Reforzar tu Identidad
Lo que te dices cambia lo que haces.
Tú te hablas todo el tiempo, aunque no lo notes. Y lo que te dices se te pega como el chicle. Si piensas “soy un desastre” o “no sirvo para esto”, adivina qué: actúas como si fuera cierto.
Esas palabras te frenan más que cualquier cosa externa. Este método va sobre cambiar el guión.
Ponte frente al espejo —físico o mental— y elige algo nuevo. Di: “Soy alguien que empieza cosas”. “Soy un aprendiz”. “Soy valiente, aunque tenga miedo”.
No es un ejercicio de Mister Wonderful. Estamos plantando una semilla. La psicología dice que nos volvemos lo que creemos que somos —se llama Efecto Pigmalión (o profecía autocumplida)—.
Si te ves como alguien que actúa, poco a poco lo serás.
No tienes que creértelo al 100% al principio. Solo empieza. Cuando dudes, recuerda esa etiqueta nueva. ¿Qué haría esa versión de ti? Es como ponerte una camiseta que te queda grande al principio, pero con el tiempo te ajustas a ella. Elige hoy quién quieres ser y repítelo hasta que te salga natural.
Método 3: La regla 10-10-10
Medir el miedo te quita el drama.
El miedo tiene un superpoder: hacer que todo parezca el fin del mundo. ¿No envías ese mensaje? Te imaginas perdiendo todo. ¿No terminas ese proyecto? Sientes cómo no volverás a tener trabajo nunca.
Este método corta esa película de terror en tu cabeza con tres preguntas simples: ¿esto que me frena importará en 10 minutos? ¿En 10 semanas? ¿En 10 años?
Hazlo ahora con algo que evitas. Digamos que es pedir un aumento. ¿En 10 minutos? Tal vez te sientas nervioso. ¿En 10 semanas? Quizás ni lo recuerdes. ¿En 10 años? Seguro no será más que una anécdota.
Verlo así te da perspectiva.
La mayoría de las cosas que te paralizan no son tan grandes como las pintas.
Es una forma de medir el miedo con una regla real, no con tu imaginación desbocada. Y cuando ves que el “desastre” no es tan desastre, respiras. Te das cuenta de que el riesgo no es un abismo, sino un charco.
Cada vez que te invada el pánico, recuerda la regla del 10-10-10.
Método 4: La ecuación de la confianza
Empieza aunque no estés listo.
Aquí va una verdad: esperar a “sentirte listo” es una trampa. La confianza no cae del cielo antes de actuar —llega después.
La motivación viene de la acción y no al revés.
Este método dice que no necesitas ser perfecto para empezar, solo necesitas empezar.
¿Cómo? Bajando el listón.
Piensa en algo que pospones. ¿Escribir un correo importante? No busques la obra maestra, escribe una línea fea y dale enviar. ¿Hacer ejercicio? No planees una hora, camina cinco minutos. La idea es hacer algo, aunque sea pequeño o torpe. Cada paso te demuestra que puedes, y eso construye confianza.
La ecuación es simple:
CONFIANZA = Lo que crees que puedes hacer menos lo que crees que deberías hacer.
Si esperas ser un experto desde el día uno, te bloqueas. Pero si aceptas ser mediocre al principio, avanzas. Y es más fácil mejorar algo que ya haces, que empezar algo desde cero.
La perfección mata el progreso; el “lo hice” lo alimenta.
¿Qué puedes empezar hoy, aunque sea a medias?
Método 5: Deja de ser el centro de atención
Nadie te mira tanto como piensas.
¿Te ha pasado? Quieres hacer algo —publicar un post, hablar en una reunión— y te imaginas a todos señalándote si sale mal. Ese miedo al qué dirán es un freno gigante. Pero aquí va el secreto: nadie está tan pendiente de ti como crees.
Piénsalo.
Si alguien se equivoca frente a ti, ¿pasas el día hablando de eso?
No, sigues con tu vida. Lo mismo con los demás. Hay un nombre para esto: efecto reflector. Creemos que somos el centro, pero los otros están ocupados con sus propias movidas. Así que hazlo —tropieza, falla, ríete—. Nadie lo va a grabar en piedra.
Este método es liberación pura.
La próxima vez que dudes “qué pensarán”, recuerda: no eres el protagonista de sus cabezas. Están pensando en sí mismos, en sus inseguridades y sus dudas, igual que hacías antes tú.
Lanza eso que tienes guardado. Habla aunque te tiemble la voz. Verás que a nadie le importa, igual que no te importaría a ti si fuera al revés.
Acéptalo, déjalo ir, y progresarás con el tiempo.
Método 6: El efecto Superman
Ponte la capa y sé tu héroe.
Imagina que no eres tú con tus dudas, sino una versión más grande, más valiente. Como Superman salvando el mundo.
Este método tiene que ver con crear un alter ego que te saque del miedo y te meta en acción.
Parece un juego, pero tiene fuerza real.
¿Cómo funciona? Elige quién quieres ser en ese momento. “Soy una persona ultra capaz de resolver esto”. “Soy un alguien que no se rinde”. Luego, usa algo para “entrar” en ese papel —ponte una canción épica, agarra un objeto como amuleto—. Suena loco, pero la ciencia dice que adoptar otra identidad te da coraje y te saca de tu cabeza.
Es lo que hacen los deportistas de élite al saltar al campo. Esos gestos, esos rituales. Imitan a los mejores de la historia, para sentirse como ellos. Interpretan el papel, y así es como acaban convirtiéndose en ello.
Al inicio de su carrera, cuando Kobe Bryan salía a la cancha, estaba imitando a Michel Jordan. La forma de moverse, los mismos tics. Eso le dio confianza en sí mismo y acabó encontrando su propio estilo.
Es como ponerte una capa invisible. Cuando el miedo te agarre, piensa en alguien que sea top en tu mundillo. ¿Qué haría él? Imítalo. Hazlo. Siéntete como él. Te desbloqueará y te permitirá avanzar.
Ver que avanzas te dará motivación, y habrás entrado en un bucle positivo. Uno infinito que puede llevarte a alcanzar todo lo que te propongas.
Conclusión
Estos seis métodos ofrecen herramientas prácticas para superar la procrastinación al abordar el miedo desde diferentes ángulos.
Cada uno tiene bases psicológicas sólidas y puede aplicarse en la vida diaria para fomentar la acción, reducir la ansiedad y aumentar la confianza en uno mismo.
Al comprender y aplicar estos principios, es posible transformar la relación con el miedo y avanzar hacia metas personales y profesionales.
El miedo te roba tus días. Y nombrarlo, cambiar tus etiquetas, medir el riesgo, empezar sin estar listo, dejar de pensar que todos te miran y ponerte una capa mental lo derrotan.
.
indiPe
.
PD:
Cuando pongas en práctica estos trucos, verás que avanzas mucho más rápido hacia tus objetivos, hacia tu vida soñada, hacia tu propósito.
Eso si, si tienes uno… claro.
Si todavía no lo has encontrado, te recomiendo esto:
.
Encuentra tu manzana.
.
Un pequeño ebook con muchas más herramientas, para que tú mismo descubras cuál es tu futuro ideal. Un método estructurado que funciona.
Si te ha gustado la newsletter de hoy, estoy seguro de que esto te encantará. Si has encontrado valor en un simple mail, imagina lo que podrías sacar de esto…
Espero que todos estos conocimientos te ayuden tanto como me ayudaron a mí.
Un abrazo.
Si te ha gustado este episodio, envíaselo a algún amigo.
Ayúdalo a entrar en el camino de la excelencia
(y ayuda a que esta comunidad crezca)
Y si tú eres el amigo y te han reenviado esto, suscríbete aquí: